miércoles, 11 de abril de 2012

México


Aterrizo en Ciudad de México, y desde el avión no se ve su fin. El horizonte está marcado por un sinfín de edificios. El pasajero que se sienta a mi lado me señala la Torre Latino, iluminada en la noche. Estoy emocionada, mis amigos me esperan.

Ciudad de México (DF)

Como he dicho, esta ciudad es increíblemente grande, casi imposible recorrerla toda y conocer todos sus rincones. Se trata de una de las ciudades más pobladas del mundo.
Las distancias aquí son muy grandes, así que todo el mundo utiliza su coche. Me doy cuenta que el tráfico es terrible y los conductores conducen con locura, dando frenazos, a alta velocidad y cometiendo infracciones como si nada. Es algo que impacta para aquellos que no están acostumbrados.
¿Y la gente? Sencillamente encantadora. Todo el mundo me recibe con los brazos abiertos y sonrisas, conocidos y no conocidos. Te dan la bienvenida a su país con el corazón abierto.



La condesa

Sin tiempo para descanso, y con ‘jet lag’ en el cuerpo, me dirijo a La Condesa con muy buena compañía. La Condesa es un barrio muy movido y juvenil. Está repleto de bares y discotecas. La noche es joven, mi acompañante me lleva al ‘Ice Bar’, se trata de un bar hecho de hielo, sus sillas, sus copas, sus mesas, todo es de hielo. Evidentemente allí la temperatura es muy baja, y los trabajadores te prestan guantes y un abrigo… y por supuesto nos sirven Tequila. Es una experiencia exótica y refrescante.
Seguimos en el mismo barrio y después de recorrer las calles en busca de unas buenas micheladas (cerveza con aromas y especies) entramos a la discoteca ‘AM’ un sitio muy reconocido donde ponen música electrónica.

El centro histórico

El distrito Federal está construido encima de un antiguo lago, lo cual significa que la base no es sólida y los ingenieros están haciendo arreglos continuamente y planeando estructuras más sólidas. Es justificable entonces que viendo una calle de alrededor del Zócalo (plaza) se vean todos los edificios torcidos, incluso la catedral y los museos. Es increíble ver éste fenómeno ya que todo el mundo está acostumbrado a ver una ciudad perfectamente alineada.
Con un grupo de amigos organizamos la salida al centro histórico.

El museo de bellas artes

Es en toda clave, un monumento artístico. El edificio en sí deslumbra alzándose entre el tráfico y  dando un toque de atención con su cúpula dorada.
Destacan sus paredes pintadas por famosos muralistas: Roberto Montenegro, Jose Clemente Orozco y Diego Rivera entre otros. Personalmente los murales que más me impresionaron fueron los de Diego Rivera. Estas son las exposiciones permanentes, hay también exposiciones temporales.



Para tomar algo

Saliendo del museo, necesitamos un descanso. Justo enfrente se encuentra La Casa de los Azulejos. Es un edificio que en su interior está repleto de azulejos en sus paredes. Tiene techos muy altos y al juzgar por su apariencia, es antiguo y muy bello. La atmosfera es muy tranquila y acogedora. Nos sentamos en una mesa y la camarera, vestida de uniforme extravagante nos sirve un café delicioso. Sorprendentemente la camarera vuelve a servirnos café sin haberla avisado, le digo cordialmente que no quiero más café, pero ella insiste, ¡y es que en este lugar te rellenan la taza en todo momento!

Zócalo y catedral

 Después del breve descanso seguimos nuestro recorrido. Ahora nos dirigimos al zócalo.
La plaza es enorme y hay una pista de hielo montada. Es el corazón del centro histórico. La bandera mexicana ondea enérgicamente en el centro de la plaza. Enseguida distingo la catedral. Es pequeña, y como todo alrededor, está torcida.

Museo Frida Kahlo

No se puede dejar de visitar este excepcional museo de la famosa pintora mexicana. Se trata de su casa convertida en salas de exposición. Allá residen la mayoría de sus obras de arte. Se puede visitar también su colorido jardín privado.














                                                                                    




Teotihuacan

Desde la ciudad de México es fácil llegar en coche a la Ciudad de los Dioses. Se desconocen los orígenes de la ciudad y la identidad étnica de los primeros habitantes. El paisaje es arenoso, ver pirámides por primera vez es maravilloso. Hace mucho calor a pesar de estar en el mes de Diciembre. Hay dos grandes pirámides que destacan la Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna. Subimos a lo más alto de la Pirámide de la Luna y desde allá se disfrutaba de un paisaje hermoso y exótico. Se dice que el centro de la pirámide aporta energía al cuerpo, entre la gente nos hicimos paso por poner el dedo en el centro. Seguíamos cansados, a presar de la carga de energía, y nos sentamos a disfrutar estas extraordinarias vistas.







Cuernavaca

Se trata del sitio de veraneo de muchos ‘defeños’. La llaman la ciudad del a eterna primavera por su variedad de flora. La temperatura es ideal en todas las estaciones del año. Es un sitio muy agradable para pasar días en el sol o haciendo paseos en bici.
Como visita histórica: El palacio de cortés.
Justo enfrente del Palacio de Cortés se encuentra una pequeña plaza/jardín. Hay mucha vida y movimiento. Aquí hay paraditas de comida y zumos naturales hechos al momento.


Acapulco

Es una ciudad costera bastante turística. Nos alojamos en una casa preciosa construida encima de una pequeña montaña. Desde allá se veía el Pacífico reposando bajo la ciudad. Ésta está poblada por casitas pintadas de blanco al estilo marinero. Acapulco es ideal para hacer vida en el mar. Se pueden alquilar lanchas o pequeños yates. Dar una vuelta entre ballenas es una experiencia irrepetible. La fauna marina es también impresionante en tierras Mexicanas, aunque no he tenido la oportunidad de comprobarlo. Pasar unos días en Acapulco es una oportunidad ideal para salir a buscar pequeños restaurantes idílicos o mimarte con desayunos al estilo mexicano con tortitas y frijoles.






Sayulita (Nayarit)

Este es un pequeño pueblo de pescadores realmente encantador. Es un sitio muy tranquilo con calles estrechas y playas desérticas. Organizamos el viaje con un grupo de amigos y nos alojamos es un pequeño y bonito hotel muy cerca de la playa. Dormir una noche allá era baratísimo así como comer cada día, te puede salir a 2 euros por comida. Era impresionante lo poco que gastábamos. Enseguida nos enamoramos de Sayulita. En España no existen playas vírgenes, la playa era nuestra. El único comercio que se encontraba en la arena de la playa era el de una mujer que vendía cocos y piñas vacías, reinventados en una especie de coctel delicioso.
Los tacos y quesadillas, sobretodo de camarón, son los más ricos que probé en todo el viaje y aún los extraño.
Sayulita es ideal para hacer cayac o probar el surf. Es una zona libre de tiburones y las olas suelen ser perfectas. También es bonito hacer un paseo en caballo por la playa y adentrarse en la ‘selva’. El contraste entre mar y un terreno selvático, frondoso de vegetación es impactante y hermoso.










2 comentarios:

  1. La fotografia de la platja cap al vespre es preciosa!! i la foto noctuna es sensacional

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  2. quines ganes d'anar capa a Mèxic m'han entrat.. sempre hi he volgut anar, espero que algun dia serà la primera vegada..
    un apunt molt interessant i suggerent!!

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